LA BRUTAL AGRESIÓN SEXUAL QUE SUFRIÓ EL NIÑO
Amante de la virgen y tambien de los niños
Un mal llamado sacerdote, oscuro personaje que lo violó de forma descarnada, lo lastimo físicamente

Isaias 13-18 Con arco tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos.
POR: HUGO MARÍN R.
PERVERSA AGRESIÓN
La brutal agresión sexual que sufrió el niño "Daniel", de 12 años por parte del señor Hector Ayala, mal llamado sacerdote, oscuro personaje que lo violó de forma descarnada, lo lastimo físicamente, derramo en él la inmundicia que su posición clerical le daba y sus instintos depravados.
Recuerdo en mis años de escuela primaria, cuando todavía existía esa detestable figura llamada concordato con la Iglesia Católica, donde se obligaba a los niños a asistir a ceremonias que nosotros reconocíamos como paganas, había un sacerdote católico, Julio, que menospreciaba a un compañero nuestro por ser evangélico y por ser de piel de ébano, pero trataba con mucha meloseria a otros de forma casi romántica, lo intentó conmigo, le conté a mi padre y él le plantó la cara a ese señor que se vestía de bata negra, cargaba un crucifijo y tenia como escudo de batalla al HIJO DEL CARPINTERO DE BELÉN.
Cuando se enteró que no eramos católicos, guardó respetable distancia con mi hermano y conmigo, pues mi padre ofreció romperle la madre si trataba con nosotros. Nunca asistimos a sus ceremonias religiosas paganas.
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EL MUNDO Y LA CEJA OSCURECIDOS POR ELLOS
Massachusetts, Irlanda, Australia, Chile, Pensilvania… La Ceja, La verdad sobre la pederastia eclesiástica se va a abriendo paso con enorme parsimonia. Siempre fue así con la jerarquía católica, refugiada en la ocultación y amparada en su poder sagrado e intocable. Si tardaron 359 años en rehabilitar a Galileo Galilei y hubo que esperar cuatro siglos para que Roma reconociese el error de quemar -¡vivo!- al filósofo y astrónomo Giordano Bruno, cuyo inquisidor fue un cardenal a quien hicieron santo, ¿podemos hoy aspirar a que cientos de miles de niños sean reconocidos víctimas de terribles agresiones sexuales y compensados con lo único que desean?: el conocimiento público de aquellos hechos criminales y la depuración histórica de los culpables.
Con un Papa disimulado a romper el muro de silencio, nunca va a haber una opción. Tras el escándalo de La Ceja, donde apenas se revela lo que esta oculto por muchísimas madres y padres de familia que todavía creen que son ungidos del Señor. Vulgarmente engañados por esa mafia de FE que los condena al infierno si delata a un ungido del Señor, serán ungidos, pero del señor de los infiernos.
Se han documentado millares de casos de menores sodomizados por CURAS católicos, Francisco ha manifestado que “nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado”. Se queda corto Bergoglio: a un chico violentado le tiene sin cuidado el perdón. Transcurrido un tiempo y amortizado su dolor en la soledad, la indulgencia es inane. La disculpa es un factor moral para los católicos; pero para un ser humano, el más vulnerable, es del todo inservible por su dudosa sinceridad. No se demanda compasión. Se exige la justicia de la pura verdad. Se reclama el señalamiento de los depredadores y la responsabilidad de sus encubridores, al tiempo que se busca evitar que sucesos tan brutales vuelvan a producirse. Nadie como un niño violado sabe más de sufrimiento insoportable.
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https://www.youtube.com/watch?v=ynUQjgsb_ik
¿Por qué en Antioquia, como en el conjunto de Colombia, no se han llevado a cabo las depuraciones de la pedofilia sacerdotal? Con sus variables culturales, la Iglesia es igual en todas partes e idénticas son las personas ante la malversación del sexo y las pasiones, el pudrimiento moral y la dominación de los débiles por la fuerza. Los clérigos CEJEÑOS eran y son del mismo patrón que los australianos, irlandeses, chilenos, bostonianos, los de Harrisburg y Pernambuco. Nuestra experiencia tiene similar dimensión y gravedad.
La particularidad del CONCORDATO CON LA IGLESIA CATÓLICA con el general de la corrupción fue uno de los pilares de la Colombia corrupta que hoy vivimos, esto hace más complicada la investigación. Sabemos lo que ocurría y solo hay que poner en marcha un método que haga posible su descubrimiento, siempre que la autoridad religiosa coopere o, al menos, no ponga obstáculos de silencio y eluda solidarizarse con sus numerosos criminales. Que abra sus archivos y se conozca lo acaecido bajo las indignas sotanas.
Crímenes amortizados
¿Qué hace tan difícil el conocimiento de los casos de pedofilia clerical? Hay dos factores que, sin quererlo, interactúan hacia la impunidad. Por un lado, la vergüenza de las víctimas a revivir episodios que, después de muchos años, han amortizado en un olvido cobarde. Es una ardua tarea conseguir que un adulto relate las vejaciones sufridas por un religioso cuando era niño. El silencio, con la ayuda del terror y la humillación, se hizo crónico, lo que posibilitó la continuidad de la carrera delictiva de los culpables. Y, por otro lado, el secular recurso de la Iglesia al blindaje y secreto de sus vicios y corruptelas ha sido decisivo para que la pedofilia se convirtiera en sistemática e impugnable. La práctica era desplazar al cura sobón o agresor a otro centro de la orden y obligar a los niños a cerrar la boca, cuando no expulsar y escarnecer a los damnificados. Sobre esta espiral de atroz mutismo se ha construido la ignominia.
Los hechos protagonizados por HECTOR AYALA En La Ceja son representativos de la pederastia sacerdotal en nuestro país. El tiempo pasado, la prescripción de los delitos y la tardanza en las denuncias constituyen el causal de su impunidad. La Iglesia se resiste a aceptar su patético periplo, mientras las víctimas se mueren en su angustia. No, no olvidan, es imposible olvidar.